No escribo porque quiera justificarme ni por llamar atenciones, tampoco por buscar un desahogo, sino porque mis dedos son tres pulpos y los golpeo violentamente contra el folio salado de mares huérfanos de acantilados azules para que pierdan de una vez el conocimiento.

jueves, 11 de noviembre de 2010

No digas para siempre.

Querido Todo,
No se si llegarás a leer ésto, tampoco me hace falta saberlo. Lo que siempre me ha gustado de escribir, es que escribiendo, parece que tienes más confianza en tí misma, y estás completamente seria, aunque estés más nerviosa que un flan.
Ahora, tras un par de semanas puedo decirte que estoy algo más recompuesta, pero no lo estoy del todo, ¿sabes?
Me surgen todo tipo de dudas ¿He dejado de magnetizarte? ¿O es que ya no soy tan preciosa como Bizarre Love Triangle?
Tras tanto tiempo juntos, no sé que decir mas que tu has sido lo mejor que me ha ocurrido, y que sabemos que todo lo bueno se acaba, como cuando se caen las hojas de los cerezos; o cuando quieres comer algo que te gusta mucho y lo haces con suma delicadeza y lentitud, sólo para que dure más.
Seré pequeña, pero mis sentimientos no lo son. No digas para siempre, porque no será así.
Sólamente quiero que seas feliz, y si es así como lo estarás, entonces adelante. Has sido como un halo de luz al final de un túnel oscuro. Eres un vaivén, pero espero que estos sentimientos no lo sean.
Y en éste punto sólo puedo decir que ojalá pudiésemos haber arreglado nuestros problemas antes, porque sinceramente no sabía que existían, quizás entonces todo hubiese sido diferente.
Llegará un punto en el que pensaré en esto y será un recuerdo del que pueda hablar sin que se me empañen los ojos, y te recordaré con una sonrisa en los labios. Que soy porcelana, pero llegaré a un punto en el que no me romperé así. Supongo que de éstas situaciones se aprenden cosas, y se hace una más fuerte, tal y como lo dice todo el mundo que trata de lavarme la cabeza con otras ideas, superponiendo otras, pero en realidad, no es así, cada día me siento más débil, y me tiemblan más las piernas.
Lo que sí sé es que me doy cuenta de que amigos no tengo más que un par, y que éllos se lo merecen todo, como tú. Tampoco diré que te he perdido, porque nunca has sido mío, una persona no es de nadie, y ahora me doy cuenta de ello.Siempre te consideraré como mi mejor amigo, porque lo has sido y eres.
Estando delante tuyo no hubiese sido capaz de decir todo ésto.
Siempre nos quedará desayuno con diamantes.
El masoquismo es lo mío, y tu y yo lo sabemos.
Es inapropiado acabar con las dos palabras con las que lo iba a hacer.
Sonia.

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