No escribo porque quiera justificarme ni por llamar atenciones, tampoco por buscar un desahogo, sino porque mis dedos son tres pulpos y los golpeo violentamente contra el folio salado de mares huérfanos de acantilados azules para que pierdan de una vez el conocimiento.

miércoles, 30 de junio de 2010

Anaëlle V

Aquella tarde un extraño había preguntado expresamente por ella. Ella le recibió con cierto recelo, sin estar segura de lo que quería. Se limitó a besarla. No tuvo prisa. Se deshizo de su ropa muy despacio y del mismo modo ella, deshojando su piel dejando sólamente su cadena de plata alrededor del cuello. Acarició y besó cada milímetro de piel, como si quisiese recordarlo hasta la eternidad. No tenía prisa y sus manos se guiaban por susurros. El extraño la arropó con su cuerpo. Miró através de los ojos verdes de aquel desconocido. Se dejó amar, hasta olvidarlo todo. Ella durmió mientras él acariciaba su cabello ondulado de color caoba.
Puede que hubiese sido un sueño o puede que aquellas sábanas hubiesen sido testigo de la primera vez, la primera vez que se había sentido amada.
Era la primera vez que sonreía y sentía esperanzas en mucho tiempo.

martes, 29 de junio de 2010

Anaëlle IV


Había algo en el viento que la hacía sonreir cada vez que éste jugaba con su pelo.
Quizá algún día podría abrir sus piernas a alguien a quien realmente quisiese, dejar ése sitio y marcharse, lejos. Alguien que cada vez que tocase su piel sintiese escalofríos. No como los que sentía cuando aquéllos desconocidos arrancaban su ropa a tirones, no como aquéllos que pretendían olvidar sus problemas entre gemidos y sábanas de seda. No tener que clavar las uñas en la espalda a un desconocido. Olvidar la imagen de Renaud relamiéndose al posar sus ojos sobre sus muslos, sus ojos deseosos y a su vez llenos de ira cada vez que era embestida contra la cabecera de su cama. Olvidar el dolor, aprender a sentir.
Anaëlle no quería ser un objeto, quería ser una flor. Bella y delicada.

martes, 22 de junio de 2010

Sinsabores

Y llegó el Otoño, con ella la sensación de frío que tanto añoramos durante el estío. La tranquilidad nos rodeaba, no vimos porqué no seguir hacia adelante. Seguimos andando por aquél desgastado camino por el que habíamos paseado tantas otras veces, entre risas y parloteos. Ahora ya no hablábamos, sólo oíamos el viento silbar. Eché en falta la suave música de fondo de violines y arcordeones. Yo esperaba a que hicieses alguna alusión a pasados recuerdos, alegrías y memorias. Tu esperabas a que yo rogase tu perdón. Ninguna de ambas ocurriría y lo sabíamos, pero era mejor improvisar y seguir. Supongo que el "para siempre" era temporal. Llegamos al punto al que jamás nos atrevimos a llegar, y allí soltamos todas las cartas compartido hasta entonces, con ellas recuerdos y fotografías. Ahora son libres, palomas que emigran a un paraíso diferente. Lejos de rencores y sin sabores. Lejos de dolores de cabeza e insomnio.
No me tomes a mal, no me arrepiento de ningún momento a tu lado. Nunca pensé que acabaría tan pronto y de ésta manera. Ha sido una decisión mutua, supongo. Somos felices, y es lo que cuenta. Gracias por haber estado ahí todo este tiempo.


- ¿Amigas?
- Hasta que la muerte nos separe...

*Aviso: Entrada escrita hace un tiempo. He sentido la necesidad de tener que publicarla ahora.

sábado, 5 de junio de 2010

Sentimentalmente teatral.


Ya está. No hay más. Se nota que hemos invertido tiempo y de un pequeño grano de arena hemos hecho una bella playa. Y me alegro de que ésta obra nos haya salido tan bien. Es como una depresión postparto. Los esfuerzos están hechos, y hemos hecho a la gente reír, e incluso llorar. Jamás pensé que haría a alguien llorar haciendo teatro. Pero me apeno, me apena el que se haya acabado, el que no tengamos que ir cada tarde y repetirla hasta que nos salga bien. De que nos confundamos siempre en las mismas cosas y nos riamos de nosotros. De las risas, de las reprimendas. Y es maravilloso que la gente te pare y te diga "¡Qué bien lo habéis hecho!", pero hay mucho más detrás. Voy a añorarlo todo, hasta el guión que acabé sabiéndome a base de repetirlo. Que todos los enfados, todos los momentos en los que nos hemos hartado de ello, han valido la pena.
Popurrí de sentimientos.

"Estamos hechos de la materia de nuestros sueños, y nuestra pequeña historia acaba..."
Acaba, gracias por este año, ha sido estupendo. Y gracias a todos los que han venido a vernos haciendo lo que nos gusta, nos lo hemos pasado igual o mejor que vosotros.