No escribo porque quiera justificarme ni por llamar atenciones, tampoco por buscar un desahogo, sino porque mis dedos son tres pulpos y los golpeo violentamente contra el folio salado de mares huérfanos de acantilados azules para que pierdan de una vez el conocimiento.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Anaëlle VI (Desde su punto de vista)

Siempre me la imaginé del mismo modo. Anaëlle era risueña, le gustaba imaginar que las luciérnagas eran pequeñas hadas que venían a cuidar de ella. Cuando se sentía triste se metía a la cama y contaba sus problemas a la almohada, su mejor confindente. Acompañarse de su risa mientras veía a su madre decir bromas. Leía historias de amor por las noches y se aferraba a sus peluches cuando lo hacía, sonriendo para sí misma. Soñaba, tanto de noche como de día. Aceptaba sus errores mientras susurraba dulcemente "lo siento" Daba vueltas para ver como su vestido giraba con ella, sintiendo como bailaba el viento entre sus piernas. Se dormía pronto y acompañada de sus esperanzas de algún día hallar su Humphrey Bogart , que la despertaría con un suave, largo y cálido beso. Se duchaba cantando la vie en rose usando los y usaba los peines como micrófonos. Siempre tenía una sonrisa dibujada en el rostro, y era preciosa.
Ésa mañana se había levantado con ganas de comerse el mundo, se vistió deprisa y salió de casa, tarareando una nana y con toda su ilusión en el alma.
Ésa cálida tarde de verano había salido con ganas de comerse el mundo. Mientras andaba al compás de una canción de Ruth Etting y cantaba, sin importarle el que la gente la mirase y sonriese al verla.
Ésa fué la primera vez. Tan inocente, tan especial. Los mechones de su pelo bailaban con el contacto del viento, y su vestido se giraba acorde a sus movimientos. Recuerdo cuando hablé con ella por primera vez, no fué una conversación importante, acababa de tropezarse con una piedra y corrí a socorrerla. Ella se rió de sí misma, y me dedicó una sonrisa, de su boca emanaba la más tierna y suave voz, acariciaba las palabras al pronunciarlas. La devolví la sonrisa para notar como sentía el calor en mis mejillas. Me las cubrí para que no se notase tanto que me había sonrojado. Ella se levantó y como un pájaro enjaulado encontrando la libertad, partió, con su melódica forma de andar y sus acompasados pasos.
-¿Por cierto, cómo te llamas?
- Anaëlle- Contestó con una sonrisa.

Entonces me dí cuenta de que ella iba a ser para mí.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Como siempre.

Los rayos de luz juegan al escondite con la oscuridad y se cuelan entre la persiana, ya es de día, ha amanecido. Entre quejidos y retuerzos te encuentro entre las sábanas. Te miro, me miras, te sonrío, me devuelves la sonrisa. Esas sonrisas tontas, que te alegran el día, aunque duren sólamente un segundo, diariamente, cada mañana, al despertar. Como tórtolos idiotas me susurras un te quiero, ese te quiero que me produce escalofríos, como cada mañana, de lunes a domingo. Me levanto, y me dirijo a la cocina, y mientras estás en la ducha, te pregunto con una sonrisa dibujada en los labios...¿Prefieres galletas o tostadas? y como cada mañana, me respondes, Te prefiero a tí. Sonrío, como una estúpida, una vez más. Unto mantequilla en las tostadas, y hago la mesa mientras espero a que llegues con el pelo desordenado y mojado de la ducha. Apareces, te sientas, y me miras, como siempre, a los ojos. Me dices, gracias, y te pregunto ¿gracias por qué? y como siempre, una vez más, me respondes: por existir. Te doy un beso a la mejilla, desayunamos tranquilamente y me ayudas a recoger la mesa. Me meto en la habitación.
-¿Camisa blanca o camisa negra?
-Blanca, -respondes- resalta el color de tus mejillas.
Y haces que me sonroje, como cada mañana. Te miro y me devuelves esa mirada, de cómplice, de amigo, de conocedor de todas y cada una de mis peculiaridades. Nos damos un último beso, y finalmente salgo por la puerta de casa.
Vuelvo a casa, atravieso la puerta, y ahí estás. Vienes, me recibes con tu cálida sonrisa y el resplandor de tus ojos.

Y abro los ojos. La luz del día entra a través de las persianas, haciendo que no distinga nada, sólo colores borrosos. Me giro, no hay nadie. Es un sueño, un día más... y vuelvo a cerrar los ojos, e intento volver a dormir.

Soy más feliz que en mis sueños, que en la realidad...

jueves, 11 de noviembre de 2010

No digas para siempre.

Querido Todo,
No se si llegarás a leer ésto, tampoco me hace falta saberlo. Lo que siempre me ha gustado de escribir, es que escribiendo, parece que tienes más confianza en tí misma, y estás completamente seria, aunque estés más nerviosa que un flan.
Ahora, tras un par de semanas puedo decirte que estoy algo más recompuesta, pero no lo estoy del todo, ¿sabes?
Me surgen todo tipo de dudas ¿He dejado de magnetizarte? ¿O es que ya no soy tan preciosa como Bizarre Love Triangle?
Tras tanto tiempo juntos, no sé que decir mas que tu has sido lo mejor que me ha ocurrido, y que sabemos que todo lo bueno se acaba, como cuando se caen las hojas de los cerezos; o cuando quieres comer algo que te gusta mucho y lo haces con suma delicadeza y lentitud, sólo para que dure más.
Seré pequeña, pero mis sentimientos no lo son. No digas para siempre, porque no será así.
Sólamente quiero que seas feliz, y si es así como lo estarás, entonces adelante. Has sido como un halo de luz al final de un túnel oscuro. Eres un vaivén, pero espero que estos sentimientos no lo sean.
Y en éste punto sólo puedo decir que ojalá pudiésemos haber arreglado nuestros problemas antes, porque sinceramente no sabía que existían, quizás entonces todo hubiese sido diferente.
Llegará un punto en el que pensaré en esto y será un recuerdo del que pueda hablar sin que se me empañen los ojos, y te recordaré con una sonrisa en los labios. Que soy porcelana, pero llegaré a un punto en el que no me romperé así. Supongo que de éstas situaciones se aprenden cosas, y se hace una más fuerte, tal y como lo dice todo el mundo que trata de lavarme la cabeza con otras ideas, superponiendo otras, pero en realidad, no es así, cada día me siento más débil, y me tiemblan más las piernas.
Lo que sí sé es que me doy cuenta de que amigos no tengo más que un par, y que éllos se lo merecen todo, como tú. Tampoco diré que te he perdido, porque nunca has sido mío, una persona no es de nadie, y ahora me doy cuenta de ello.Siempre te consideraré como mi mejor amigo, porque lo has sido y eres.
Estando delante tuyo no hubiese sido capaz de decir todo ésto.
Siempre nos quedará desayuno con diamantes.
El masoquismo es lo mío, y tu y yo lo sabemos.
Es inapropiado acabar con las dos palabras con las que lo iba a hacer.
Sonia.

jueves, 21 de octubre de 2010

Sharad.

Y llegó el otoño, y con él, los árboles y sus hojas se incendiaron en intensos colores. Cálidos rojos, naranjas y amarillos habían creado el paisaje, antes de ser sustituídos por esqueletos frágiles de ramas y troncos desnudos.
Y con el otoño llego la amargura y la tristeza, las palabras se volvieron incoherentes, y sus expresiones una rara lengua desconocida.
Con ello llego la tristeza, y el no saber que hacer. Llegaron los significados de nombres en Sanscrito. Brisas entre las cuales vuelan un montón de cenizas buscando una nueva vida.
Llego Sharad, Otoño, con ello llegaste, abuelo, y con ello quieres irte.
Volvió ésa estación y con ella, el sonido de las hojas crujiendo bajo mis pies, la sensación magnética de corrientes de frío mezcladas con ráfagas cálidas. La brisa que hace que se me enrede el pelo y se me meta entre los labios.
Porque ya no son lágrimas de tristeza, me has hecho fuerte.
A tí que siempre supiste alegrarme y hacerme saber que gracias a mí te encontrabas mejor. A tí Nana. Tu y yo sabemos que eres inmortal, y que ésto no es un "adiós", si no un "hasta luego", porque aún te debo ésos tres millones de besos que te prometí.
Nos volveremos a ver, abuelo.
Te quiere, tu pequeña luchadora de sumo.


Sé que llevo un tiempo sin actualizar ésto, vuelvo a ello. Gracias por esperarme. :)

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Anímame quirúrgicamente.

Ésa mañana volvió a adentrarse en ése edificio oscuro y frío, iluminado por miles de focos de blanco pálido que parecían cegar. Sobre las baldosas grises resonaban el tapeteo de los tacones.

-Buenos días, señorita Marlen - saludó amablemente la recepcionista de la consulta. Lili siempre se preguntó cómo conseguía siempre tener ésa sonrisa pintada, todos pasaban malos días, y con ella parecían no existir. Tampoco entendía cómo siendo una persona tan feliz, y radiante, tan joven, estuviese trabajando en un lugar así. - ¿Qué será hoy?

- Quiero operarme, de nuevo - contestó con un susurro
Asintió con una sonrisa, dándola a entender que ya estaba esperándola el médico en la sala.

Siempre se sentía reconfortada al sentarse en la gran butaca de terciopelo crema de la consulta, para encontrarse a su doctor que siempre la escuchaba atentamente, en realidad, para él era una tortura tener que oir a la bella mujer hablar de sus malos momentos y verla coger a escondidas la pequeña servilleta de algodón que guardaba en su bolsillo izquierdo para secarse las pequeñas lágrimas rebeldes que se atrevían a escapar.

- Me alegra verla por aquí, aunque puede que a usted no mucho. ¿Qué será en esta ocasión? - Odiaba verla convertirse en un fantasma en blanco y negro, porque ella era el color más bello que la vida jamás hizo.

-Me gustaría un implante de frialdad y una reducción de esperanzas, pues últimamente los últimos implantes de simpatía y alegría me están dando problemas. No llevo unos buenos días, sabe, creo que hay efectos secundarios.


lunes, 16 de agosto de 2010

I love my India


- Perdona, llevaba un tiempo queriéndote preguntar algo, el otro día te ví en la estación, cuando vino el tren, me dí la vuelta y ya te habías ido. No entendí nada, ¿Esperabas a alguien?
-Viste a la chica en la estación, pero no viste su sari de novia rojo, ni el henna en sus manos o el mandoor en su frente. Esperaba a mi marido.
Lo que él no sabía es que Laleeta llevaba yendo a la estación durante siete años esperando cada día a que al abrirse aquéllas oxidadas puertas, saliese su marido, con una enorme sonrisa dibujada en los labios para poder lanzarse a sus brazos. Durante siete años había sido testigo de las llegadas de dos mil quinientos cincuenta y cinco paradas, en su vestido de boda, tal y como se encontraba en su partida. Hace siete años,
Suresh había ido a la guerra, y había desaparecido.
Aún no pensaba quitarse el mandoor rojo de la frente indicando su estado matrimonial, no hasta que encontrasen su cuerpo, vivo o fallecido.
-Vaya, lo siento, perdoneme.
- No se preocupe, me encantan las nuevas amistades.

viernes, 13 de agosto de 2010

Veinte cosas que he de hacer antes de morir.


1. Aceptar que no voy a ser eternamente una niña.
2. Ver el amanecer en algún lugar especial con alguien aún más especial.
3. Hacerme un corte de pelo drástico.
4. Coger un mapa del mundo, cerrar los ojos, señalar un lugar e intentar ir lo antes posible.
5. Abrir las ventanas del coche mientras esté lavándose.
6. Pasarse la noche en vela viendo películas.
7. Dormir bajo las estrellas.
8. Dormir en una hamaca.
9. Meterme en una fuente.
10. Ver los fuegos artificiales con un niño pequeño que nunca los haya visto antes.
11. Escapar en el primer autobús que encuentre, a cualquier lugar.
12. Rodar por una cuesta sin preocuparse por la gente que mire.
13. Perderme por las calles de París.
14. Soltar algo preciado al mar.
15. Perseguir palomas en la Plaza de San Marcos.
16. Aprender a decir que no.
17. Caminar hasta que no pueda más (detrás de tí)
18. Encontrar otras dos cosas para llegar al veinte.

martes, 27 de julio de 2010

And the stars are falling from the sky.

Mientras se perdía por las calles, la lluvia empezó a caer. Él la llamaba, pero hizo oidos sordos.
Desde que se fué su mundo era gris como sus ojos. Dejó de vestirse y arreglarse para los sábados a tomar una copa con él y después ser amada. Ahora se queda en casa por las noches y exagera su pasado. Ahoga sus en un mar de alcohol y cigarrillos, pero no parecen hundirse. Siempre se preguntó si el aspecto de ella fumando era tan elegante como el de las actrices de los años cincuenta. De tanto en tanto sale y espera en un bar hasta estar ebria y despertar en una cama diferente con un extraño. Nunca tiró sus fotografías viejas y a veces las mira buscando lo que la hacía llorar. Se acuerda del día en que todo era como ella esperaba, sólo quedan memorias de como solía ser. Cada mañana se pone una máscara y se mira en el espejo para fingir sonrisas. Se mete en la bañera y hunde su cabeza en el agua esperando a que se no pueda aguantar más la respiración. En algunas ocasiones en secreto abre el cajón de las medicinas y hace de su mundo maravillas.
Ése día lluvioso cenaba en su salón su copa de vino diaria cuando en la televisión apareció su canción favorita. Entonces decidió vivir por hoy.

miércoles, 30 de junio de 2010

Anaëlle V

Aquella tarde un extraño había preguntado expresamente por ella. Ella le recibió con cierto recelo, sin estar segura de lo que quería. Se limitó a besarla. No tuvo prisa. Se deshizo de su ropa muy despacio y del mismo modo ella, deshojando su piel dejando sólamente su cadena de plata alrededor del cuello. Acarició y besó cada milímetro de piel, como si quisiese recordarlo hasta la eternidad. No tenía prisa y sus manos se guiaban por susurros. El extraño la arropó con su cuerpo. Miró através de los ojos verdes de aquel desconocido. Se dejó amar, hasta olvidarlo todo. Ella durmió mientras él acariciaba su cabello ondulado de color caoba.
Puede que hubiese sido un sueño o puede que aquellas sábanas hubiesen sido testigo de la primera vez, la primera vez que se había sentido amada.
Era la primera vez que sonreía y sentía esperanzas en mucho tiempo.

martes, 29 de junio de 2010

Anaëlle IV


Había algo en el viento que la hacía sonreir cada vez que éste jugaba con su pelo.
Quizá algún día podría abrir sus piernas a alguien a quien realmente quisiese, dejar ése sitio y marcharse, lejos. Alguien que cada vez que tocase su piel sintiese escalofríos. No como los que sentía cuando aquéllos desconocidos arrancaban su ropa a tirones, no como aquéllos que pretendían olvidar sus problemas entre gemidos y sábanas de seda. No tener que clavar las uñas en la espalda a un desconocido. Olvidar la imagen de Renaud relamiéndose al posar sus ojos sobre sus muslos, sus ojos deseosos y a su vez llenos de ira cada vez que era embestida contra la cabecera de su cama. Olvidar el dolor, aprender a sentir.
Anaëlle no quería ser un objeto, quería ser una flor. Bella y delicada.

martes, 22 de junio de 2010

Sinsabores

Y llegó el Otoño, con ella la sensación de frío que tanto añoramos durante el estío. La tranquilidad nos rodeaba, no vimos porqué no seguir hacia adelante. Seguimos andando por aquél desgastado camino por el que habíamos paseado tantas otras veces, entre risas y parloteos. Ahora ya no hablábamos, sólo oíamos el viento silbar. Eché en falta la suave música de fondo de violines y arcordeones. Yo esperaba a que hicieses alguna alusión a pasados recuerdos, alegrías y memorias. Tu esperabas a que yo rogase tu perdón. Ninguna de ambas ocurriría y lo sabíamos, pero era mejor improvisar y seguir. Supongo que el "para siempre" era temporal. Llegamos al punto al que jamás nos atrevimos a llegar, y allí soltamos todas las cartas compartido hasta entonces, con ellas recuerdos y fotografías. Ahora son libres, palomas que emigran a un paraíso diferente. Lejos de rencores y sin sabores. Lejos de dolores de cabeza e insomnio.
No me tomes a mal, no me arrepiento de ningún momento a tu lado. Nunca pensé que acabaría tan pronto y de ésta manera. Ha sido una decisión mutua, supongo. Somos felices, y es lo que cuenta. Gracias por haber estado ahí todo este tiempo.


- ¿Amigas?
- Hasta que la muerte nos separe...

*Aviso: Entrada escrita hace un tiempo. He sentido la necesidad de tener que publicarla ahora.

sábado, 5 de junio de 2010

Sentimentalmente teatral.


Ya está. No hay más. Se nota que hemos invertido tiempo y de un pequeño grano de arena hemos hecho una bella playa. Y me alegro de que ésta obra nos haya salido tan bien. Es como una depresión postparto. Los esfuerzos están hechos, y hemos hecho a la gente reír, e incluso llorar. Jamás pensé que haría a alguien llorar haciendo teatro. Pero me apeno, me apena el que se haya acabado, el que no tengamos que ir cada tarde y repetirla hasta que nos salga bien. De que nos confundamos siempre en las mismas cosas y nos riamos de nosotros. De las risas, de las reprimendas. Y es maravilloso que la gente te pare y te diga "¡Qué bien lo habéis hecho!", pero hay mucho más detrás. Voy a añorarlo todo, hasta el guión que acabé sabiéndome a base de repetirlo. Que todos los enfados, todos los momentos en los que nos hemos hartado de ello, han valido la pena.
Popurrí de sentimientos.

"Estamos hechos de la materia de nuestros sueños, y nuestra pequeña historia acaba..."
Acaba, gracias por este año, ha sido estupendo. Y gracias a todos los que han venido a vernos haciendo lo que nos gusta, nos lo hemos pasado igual o mejor que vosotros.


domingo, 30 de mayo de 2010

Hace tiempo que no escribo. Puede que no tenga nada que decir, o quizás demasiadas y no sé como hacerlo. Quizás los domingos acaban conmigo y me impacientan. Como cuando quiero acabarme un caramelo sin morderlo.
No tengo ni idea de lo que estoy escribiendo, como de costumbre.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Anaëlle III


Mme. Bouthemy le había mandado ponerse una falda hasta las rodillas. No era correcto que los clientes notasen los moratones que tenía en sus blancas piernas. No era correcto que el nombre de aquél sitio se viese manchado por una ingenua soñadora. Escapar, pedir ayuda a los clientes. La reputación del burdel bajaba exponencialmente. Obviamente ella no pondría jamás la mano encima a nadie, mucho menos a las jóvenes, para eso tenía a su hijo, Renaud, de algún modo que desconocía conseguía ponerlas rectas a todas ellas. Es probable que tuviese algo de su padre, su carácter frívolo, tal vez. O la mirada impenetrable de sus ojos negros como el carbón. Sólo sabía que ellas le temían y cada vez que veían su sombra se inquietaban y se iban.
O puede que si lo supiese, puede que hubiese oido las cientas de veces en las que las oía gritar y pedir auxilio. Puede que ella simplemente se secase las lágrimas con las mangas de su vestido cuando oía los muelles de las camas rugir. Y sólamente puede que ella encubriese a su hijo de sus terribles acciones.
Mme. Bouthemy había mandado a Anaëlle ponerse una falda y no quitarse las medias. Las rejillas le hacían una figura preciosa.

martes, 11 de mayo de 2010

Anaëlle II

Mirar a través de la ventana y creía oir las palabras de su madre, contándola cada noche cuentos e historias sobre su nombre. Al parecer procedía del nombre de una flor de un país lejano.
Recordaba como su madre jugaba con su cabellera caoba mientras hablaba de una princesa con una bella voz, que lucho por defender a su pueblo, pero fué capturada y quemada viva. Su madre sonreía y decía que su voz era como la de aquella princesa, dulce y aterciopelada. Era la voz de un ángel, un ángel sobre la tierra. Un ángel, con las alas cortadas, necesitando escapar y sin la capacidad de poder hacerlo. Su nombre era un símbolo de valentía. Ella se sentía de todo, excepto valiente. Tenía miedo, dudas. ¿Qué había hecho ella para merecerse esto? Estaba siendo quemada viva por dentro. Las noches libres se sentaba frente a la ventana, y en ocasiones, a escondidas, se permitía abrir la ventana y cantar. Cantaba esperando a que alguien la oyese, comprendiese que necesitaba auxilio, necesitaba salir, ser rescatada.

domingo, 2 de mayo de 2010

Je vois la vie en rose :)


Hace ya seis meses que en mi café están las dos de azúcar que tanto me gustan, y es gracias a tí. . Has hecho que cada vez que piense en tí sonría sin razón aparente y tenga que apretar la barbilla contra el pecho para que no parezca tonta.
Y qué decirte, me encanta cuando me pones de ejemplo, cuando hablas, cuando sonríes, tus andares, tú. Así que alégrate, lo has conseguido los días sin tí serían precipicios. Nadie como tú para hacerme reír, nadie como tú sabe tanto (todo) de mí. Tienes ése don de dar paz, de saber escuchar, de envolverme en tranquilidad. Tienes la capacidad de que todo lo negro se vuelva claro, todo lo malo se vuelva bueno, conviertes el dolor en alegría, las lágrimas en sonrisas, los abrazos en fuerzas para seguir adelante, los besos en ánimos.
Gracias por estar cada momento aquí, ayudarme en todo momento, escucharme, y ayudarme. Me has demostrado que eres como un milagro, algo tan especial que siempre me ha arropado.
Sólamente me arrepiento de una cosa, y es de no haberte conocido antes.
Aveces las palabras sobran :)
Y sé que te lo digo cinco mil doscientas ochenta y siete veces al día, pero,

T E Q U I E R O
Honey I love you like the summer falls, and the winter crawls you're above and beyond. Ñee! me doy cuenta de que realmente somos expertos en arruinar momentos bonitos, aún así, con un día de retraso, está. ^^

miércoles, 21 de abril de 2010

¿Otro día rojo?

-¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo?
-¿Color rojo? Querrá decir negro.
-No, se puede tener un dia negro porque una engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué. ¿Le ha ocurrido a usted alguna vez?
- Sí.
- Pero cuando me pasa lo único que me va bien es coger un taxi e irme a Tiffany´s. Me calma en seguida la tranquilidad y el aspecto lujoso que tiene. Nada malo podría ocurrirme allí. Si pudiera hallar algún sitio en el que me encontrara con ese sosiego que se respira en Tiffany's...

jueves, 15 de abril de 2010

Anaëlle I


Se llamaba Anaëlle y había aprendido a sonreír a pesar de que estuviese hecha una mierda. Llevaba trabajando en aquél lujoso burdel desde los 16 y no conocía nada más. Al principio sólo lo hacía para ayudar a sus padres de sus problemas económicos pero una vez dentro no pudo salir. Aprendió muchas cosas a lo largo de su vida, aprendió a fingir sonrisas y cosas que no eran sonrisas, aprendió también a combinar colores, ocultando las imperfecciones de su piel. Siempre pensó que las mujeres que eran felices no se ponían maquillaje, porque solo las mujeres infelices lloraban haciendo que la mascara se les corriese y al verlo todo negro, simplemente no veían la realidad. Se consolaba escuchando vinilos de Ruth Etting y pensando en aquél desconocido que una vez no la había usado como una simple prostituta, si no como una persona. La había tratado con amor, todo lo que ella deseaba. No pedía mucho, sólamente con aquél hombre que se despertase junto a ella y la tratase como a una persona, no un objeto.

miércoles, 14 de abril de 2010

Quince años tiene mi amor.

12 de Abril.
Quince años. Cinco mil cuatrocientos setenta y cinco días. Ciento treinta y cinco mil cuatrocientas horas y cuatrocientos setenta y tres millones cuatrocientos mil segundos. Me siguen gustando los gatos, y también las mariposas. En mis ratos libres me sigo vistiendo de hada y viendo Anastasia los sábados al mediodía. Sigo comiéndome los tomates enteros, pero ahora no aborrezco los pimientos. Ya no tiro la comida que no quería debajo de la mesa. Ahora ya no soy aquélla pequeñaja de un metro veinte con el pelo por encima de los hombros y dos coletinas. Me sigue pareciendo un día normal, no me siento más mayor ni más madura. Sigo teniendo mis mismos temores, aún me dan miedo los payasos. Ya no quiero ser un gato de mayor, ni tampoco un astronauta, pero me siento aún como una niña, me emociono cuando veo que voy a ganar a un juego, y adoro dar mimos a mamá. Echo de menos el hecho de que los problemas se arreglasen con un beso en la mejilla acompañado de "No te preocupes más" o que mi mayor problema fuese que no encontrase la pintura marrón en mi estuche. No quiero crecer más
¡Ahora me enfado, no respiro y me convierto en pera!

domingo, 11 de abril de 2010

Te juro que el sábado menos esperado cumplo con mi palabra, te rapto y nos haremos cargo de que los domingos no acaben nunca.

miércoles, 7 de abril de 2010

Bendita comodidad.




Podría decir que estoy bien, que todo es maravilloso. Que no tengo nada con qué gastar pañuelos y horas pensando. Que el café está en su punto. Podría decir que simplemente estoy disfrutando de cada minuto, de cada segundo. Podría también decir que soy fuerte, y que las cosas no me afectan. Podría decir que lo tengo ya asumido. Que puedo vivir sin oir cómo me llamas por mi apodo y sonreírme ofreciéndome la Coca-cola de las cuatro. Podría decir que sonrío porque sí. Que puedo olvidar cómo me has apoyado toda mi vida, como me has enseñado a seguir hacia delante por mi misma. Podría decir que no me pasa nada, que es sólo temporal. Que no veo tus fotos cincuenta veces al día esperando a que sigas adelante. Podría decir que es lo mejor para tí. Que en realidad no sé que fuiste la persona que estuvo allí cuando nací. Que odiaba cuando me sacabas defectos en todo, que me echases la culpa de que se te bloquease el ordenador. Podría decir que me da igual que pueda que no te vuelva a ver. Que no te agradezco que cuando te llamaba preguntándote qué tal, me respondieses con un "Gracias a tí ya me encuentro mucho mejor" Que no me gustaba recorrer las calles de Bombay hablando de mil y un temas.
Podría decir que mientras escribo esto me mantengo en mis treces y no estoy llorando como un niño al que le quitan un dulce.


Podría, pero no.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Sí, yo también te creo...



Que digo que quiero acostarme pronto pero nunca lo hago. Que pongo el despertador a las siete y media y no me levanto hasta las ocho menos diez. Que debo de estudiar unos días antes y no dejarlo para el final. Que cuando cuando digo alguna bobada no dejo de echármelo en cara. Que no me gusta que se enfaden conmigo. Que quiero crecer, pero ser eternamente una niña. Que a veces me cuesta mucho decir lo que siento y algunas otras soy muy capaz de decir lo que no pienso. Que tengo poca paciencia, que en ocasiones veo todo demasiado gris, hacia los tonos más oscuros. Que apenas confío en mi misma, que soy demasiado desconfiada. Que reflejo en los demás lo que no me gusta de mí. Que me bloqueo con facilidad, que lo olvido sin dificultad, aunque en el fondo sea mentira. Que me quiero demasiado poco. Que me muerdo los labios hasta hacerme sangre. Que soy muy ingenua, que soy muy incrédula. Que me río sola y no puedo parar de mis tonterías. Que no soy capaz de dejar de oír ésta canción. Que no creo que hoy sea uno de mis mejores días. Que soy demasiado bocazas, que soy demasiado introvertida. Que prefiero pasar inadvertida. Que lloro con la mayoría de las películas. Que necesito sentirme libre. Que no debo tomar café después de las cinco, porque después no duermo. Que cada mañana me miro al espejo y pongo mi mejor sonrisa. Que uso el chocolate como antidepresivo y a tí como mi droga. Que odio ser el centro de atención pero me gusta existir para la gente de vez en cuando. Que escribo todo lo que pienso, que pienso cualquier bobada.

domingo, 21 de marzo de 2010

Love of Lesbian 19.03.10

Todos los raros fuimos al concierto, del gran telépata barcelonés. Y sin duda, ha sido increíble.
Aquí, dos días después sigo sintiéndome chutada a base de música. Adoro ésta sensación. El olor a tabaco de la camiseta que llevé. Cada canción, cada acorde de la guitarra, nos hacía enloquecer. Ni el calor, ni la asfixia impidió que disfrutásemos cada segundo de ello. Hipnotizada con su verso letal.
Probablemente haya enloquecido, ahora me parece oirles/verles en todas partes. Love of Lesbian vía intravenosa. Y me encanta.
Esperando estoy a la próxima ocasión para verles.
Primeras filas nuestra obsesión.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Tres, dos, uno, cinco...


La cuenta atrás ha llegado a su "fin" Libertad provisional, con fianza. ¿Resultados? Están por ver. Siento que he malgastado dos semanas para nada, para volver a ver lo mismo. Dos semanas sentada a la misma silla frente a la misma ventana abierta. Mostrando libertad. Oyendo pájaros cantar y cruzar volando. Dios cómo echo de menos tener tiempo, cómo echo de menos tenerte. Hemos acabado con ésta condena. Cae el telón, los espectadores aplauden tras ver éste drama. Esperaba sentirme feliz, bueno, una semana más no importa. Lo bueno se hace esperar. Caca, culo, pedo, pis. Vamos a alargarlo un poco más. Ácida, quizás, traédme sal y tequila. Bebamos hasta caer ebrios y no acordarnos de la razón.

martes, 2 de marzo de 2010

Prácticas interminables de tecnología sobre la mesa, Criying Lightning en los auriculares y pocas ganas de nada en la cabeza. Días interminables en la frontera y un ejército poco preparado. ¿Esa mancha estaba antes en la pared? Aún tengo el hedor a hipocresía en la ropa. No te prostituyas, te estás vendiendo. Y parecías modosita cuando te conocí. ¿Desde cuándo trabajan las monjas en los clubes de alterne? Debo dejar de morderme las uñas. Café vía intravenosa y los pápados abiertos a pulso. Voy a dejar de estudiar por hoy. Mañana hablaremos.
He perdido la cuenta de días y horas.
Por favor, avísame cuando ésto se acabe.

lunes, 1 de marzo de 2010

So so much (L)


Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

01.11.2009 ♥

jueves, 25 de febrero de 2010

Fuoxetine 20 mg.

Inmensamente vacía como las calles, como las horas que millones de relojes marcan durante el resto del día por la ciudad. Pasos lentos como el sonido que marcan esas agujas que giran al revés, cucos que salen sin entusiasmo a avisar de más horas. Horas marcadas por tráfico que transita entre sábanas y calzadas. Entre sueños y noches rotas. Entre noches de pasión y noches anodinas. Siento el frío gélido en mi cuerpo. El lento tic-tack del reloj me está haciendo enloquecer. Soy un payaso con una sonrisa pintada, no puedo mostrar más sentimientos. Necesito escapar, sentirme libre, estoy maniatada en una sociedad que no aguanto. Mis palabras son controladas por un rifle en la sien. Quiero ser libre, quiero poder sentir la lluvia en mi rostro, quiero poder sentir el viento colarse por mi ropa y hacer bailar mi cabello. Quiero que mis lágrimas sean de felicidad, necesito ver un mañana soleado y no con nubarrones anunciando otra decepción. Deseo ver a mi alrededor felicidad y no fingir sonrisas. En la vida no es todo negro, ni todo blanco, vaya. Siempre está la amplia gama de grises en medio. Cada desilusión, como quinientas agujas clavándose en mi piel, poco a poco. El café ya no tiene aroma. La brisa ya no seca las lágrimas. Ahora se acumulan. Un mal día, sí, supongo. Quizás hace ya tiempo que el agua inundó mis pulmones. Mañana posiblemente esté bien de nuevo, la bipolaridad siempre ha estado presente en mí. O puede que simplemente finja, se me da bien, me gusta el teatro. La vida es como una obra de teatro. Soy un narrador omnisciente, se lo que ocurre y lo que va a ocurrir, pero yo no intervengo en los diálogos. Comienzo poco a poco escribir mi propia obra. Tú y pocos más estáis en ella. Pero son aún muchos los tachones que están en ella. Pasarla a limpio me va a llevar un tiempo.

Y aún trato, hacer que éstos dedos pierdan la conciencia a base de golpearlos contra un teclado.
If I Dont Live Today, Then I Might Be Here Tomorrow.
Peace and Love.

jueves, 18 de febrero de 2010

Reflexión de un largo día de Enfermedad



Un día más atada a la cama con Paracetamol de 1 gramo. No me baja la fiebre. Será el aburrimiento o el tiempo que me hace pensar. Llevo dos horas tumbada en el sofá viendo la televisión. Sólamente se repite una imagen. Delgadas y de 1,80. Me parece muy triste, porque todo esta movido por el dinero. Nos venden cremas, anuncian operaciones estéticas, gimnasios [...] para decirnos, tienes que ser como esta persona, o tienes que ser así.

Cada persona tiene que tener un peso para su estatura, es relativo, una persona puede pesar mucho, pero no estar insano. Ha llegado un punto en el que es completamente ridículo. Todo el mundo esta movido por el dinero. Remontémonos a épocas pasadas, Botticelli pintó el nacimiento de Venus. ¿Era ella delgada? No. Entonces, la belleza era de las mujeres que eran un poco más rellenitas, pues por su estatus social, tenían dinero para poder comer bien, y disfrutar de la comida. Ahora es completamente lo contrario, no quiero decir que estar delgado signifique tener dinero, pero si las telecomunicaciones o la sociedad te produce la idea de que tienes algún defecto, y por ello pueden venderte un producto. Si te dicen, "Oye, sabes qué? Deberías ser así, pero no lo eres. Estas gorda. Te sobran x kilos." Entonces te pueden vender pastillas de adelgazar, o cirugía plástica. Y es muy triste, las telecomunicaciones no van a parar, así que tiene que empezar por nosotros. Tenemos que empezar a amarnos a nosotros mismos, y a como somos. Si empezamos a dejar de juzgar a los demás, empezaremos a dejar de juzgarnos a nosotros mismos.

La belleza, o la belleza como intentamos verla, es efímera. Todos envejecemos, a no ser de que la cirugía o mierda del estilo cree una nación de 80 años que aparenten 50. Es bastante malo para el autoestima, incluso para gente de nuestra edad. Creo que el que las mujeres sean de un modo es que desde una edad temprana, actualmente no tanto, pero antaño, las mujeres siempre se han mantenido al margen, y nunca han podido expresar su opinion abiertamente. Y que lo hagan, hacen que sean o muy apreciadas, u odiadas. No creo que tengamos la libertad de ser lo que realmente queramos. Desde pequeños, nuestros padres nos impulsan a ser de un modo, y no digo que sea malo, todo lo contrario. Sueñan con tener hijos que sean médicos, policías, científicos. Quieren que tengamos éxito, o al menos éxito en el significado que ellos tienen para éste éxito. Y nosotros no queremos decepcionarles, aunque sigamos el camino que nosotros queramos, lo limitaremos, para que en una parte, ellos se sientan complacidos. Y esto no debería ocurrir. Debemos aprender a ser felices con como somos y con nosotros mismos. Tenemos que aprender a dejarnos llevar y liberarnos de nosotros mismos, o de lo que creemos ser. Asi que si somos infelices en cualquier parte de nuestra vida, nuestros estudios, situación económica, etc. Nosotros somos responsables por ello, es un concepto pequeño, pero difícil de seguir. SER FELICES CON NOSOTROS MISMOS Y CON LO QUE SOMOS. Lo que nos haga felices, y muchas veces se manifiesta en lo que tenemos miedo, miedo del "qué dirán" romper las expectativas de los demás, pero las únicas expectativas que importan, son las nuestras. Y cuando finalmente, conseguimos aceptarnos como somos, y querernos, obviamente la gente lo encontraría molesto, desearían ser tan libres como tu mismo, simplemente, ser ellos mismos. Creo que es importante hacer lo que queramos cuando queramos, si quieres bailar, baila; si quieres gritar, grita; si quieres decir algo, hazlo! Manipulamos nuestra forma de ser, y la manipulación, no es buena. Escondemos la parte de nosotros que no queremos que la gente decubra o conozca, por lo tanto, manipulamos lo que queremos que el mundo vea. Manipulamos las percepciones de la gente, porque no queremos que las personas nos juzguen por como somos.

Vaale, reflexión larga, repetitiva. Es lo que tiene tener gastroenteritis y tiempo para pensar. Siento haberos aburrido xD

Peace & Love.

domingo, 7 de febrero de 2010


Tengo un lunar en la pierna derecha con forma de luna creciente, cuando conozco a alguien nuevo y tengo una opinión sobre ella no suele cambiar. Cuando ando empiezo siempre por el pie izquierdo .
Me es muy fácil aprenderme los nombres de los demás, pero cuando los demás quieren hablar conmigo pero no se acuerdan de mi nombre, siento vergüenza y suelo sonrojarme. No soporto a la gente que anda sintiéndose superior a los demás y miran por encima del hombro.
Los idiomas que más me gustan son el Francés y el Alemán, me gustan a pesar de ser extremos diferentes, la perfecta sonoridad y suavidad francesa y la seriedad y dureza del alemán.
Tengo una gran pasión hacia el chocolate, aunque suelo tener temporadas. Häagen Dazs se forró conmigo hace no mucho. Me gusta mucho el sushi, la comida hindú, tailandesa, griega e italiana. Si bebo agua, ha de estar fría.
Me gusta tener la puerta de mi habitación cerrada, cuando está abierta me siento incómoda. Al salir de casa cierro la puerta dos veces antes de cerrarla definitivamente, no suelo hacerlo cuando estoy acompañada.
Cuando estoy cansada me toco la oreja y cuando estoy nerviosa me encojo y no suelo intervenir mucho en las conversaciones. Me gusta escuchar canciones que hace tiempo que no escucho porque me traen recuerdos del pasado.
Me gusta el esoterismo, cuando no sé qué hacer, suelo utilizar el péndulo para averiguarlo.
En muchas ocasiones me siento inferior a los demás, pero mis amigos de verdad me hacen darme cuenta de que no debo. Quiero a mis amigos y familia más que a nada en el mundo, y no podría vivir sin ellos. Estoy orgullosa de la descendencia hindú y española de mi sangre. No tengo hermanos, en ocasiones me gustaría tenerlos.
Me gusta mucho el mundo del maquillaj, la lencería y la corsetería.
Mi deporte favorito es la natación. Me gusta ir a la playa, no por tomar el sol, pero por adentrarme en el mar y sentirme libre y sin preocupaciones. Adoro el olor a sal que hay en la costa.Cuando toso suelo sacar la lengua. Siempre tengo frío en las manos, incluso en verano. Percibo muy bien los olores, puedo reconocer el olor de las personas.
Pierdo la concentración fácilmente. Me gusta ver como se disuelven las pastillas efervescentes en el agua.
Me despierto por las mañanas, con el pitido de tres despertadores (Dos relojes y el móvil) Oigo música mientras me visto por la mañana. Rara vez desayuno. Me gusta llegar pronto a clase, pero no ser la primera.
Odio mis cejas y mis dientes, pero me gustan mis labios y mis manos. A la luz del sol soy pelirroja.
De pequeña admiraba y quería ser como Frida Kahlo, sigo teniendo mucha admiración hacia ella, pero no quiero pasar por el infierno por el que pasó. No quiero crecer, me gustaría ser eternamente una niña. Desde que leí La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón hace cuatro años, no he dejado de leer. Cuándo la leí decidí también que quería ser escritora de mayor, y empecé a escribir una novela de una familia judía en la segunda guerra mundial con la que aún sigo. Me gustaría estudiar derecho, pero es relativo, pues mis preferencias varían, a los tres años quería ser un gato de mayor. Puedo pasar horas con la mirada fija en el vacio y sonriendo para mi misma.

Cuando soy feliz, soy muy feliz; y cuando estoy mal, estoy muy mal. Los problemas de los demás me afectan en primera persona y no me encuentro bien hasta que se resuelven. En cuanto a mis propios problemas, muchas veces soy incapaz de resolverlos y los dejo correr. Tengo la fachada de una persona fuerte, pero en realidad soy muy frágil. Cuándo escojo una solución a un problema, y pienso que es la correcta, vuelvo a pensarlo, y dejo de tenerlo tan claro.
Tengo un diario que empecé en el 2004 y sigo con él cuando puedo.
Me gustan los días de tormenta y lluvia al igual que los de sol. No me gusta el calor, pero lo echo de menos en invierno.
Siento que he nacido en una época equivocada, me hubiese gustado nacer en los años 20-40, a pesar de los problemas, pienso que es una época fascinante.
Me inquietan cosas incoherentes, pero que en mi mente tienen mucho sentido. Suelo fijarme en detalles que suelen pasar desapercibidos. Soy la persona más patosa que conozco, si tuviese que cojer una manzana de una caja en la que hubiese una podrida de cien, la cogería yo. Soy muy exigente conmigo misma, demasiado, pero no puedo remediarlo. También soy perfeccionista, repito algo un millón de veces hasta que lo veo bien.
Me gustan los animales, pero no las zorras. Pienso que no hay nada más romántico que un atardecer con el cielo teñido de colores naranjas, rosados y rojos. Creo en que los deseos pueden hacerse realidad, también creo en los fantasmas y en las hadas. Pienso que vivimos más de una vida y que aprendemos de ellas.
Tengo miedo al futuro y a lo que puede depararme. Mi mayor deseo para el futuro es ser feliz.
No hay nada que me relaje más que el sonido del agua y el sonido de tu voz cerca de mí.