No escribo porque quiera justificarme ni por llamar atenciones, tampoco por buscar un desahogo, sino porque mis dedos son tres pulpos y los golpeo violentamente contra el folio salado de mares huérfanos de acantilados azules para que pierdan de una vez el conocimiento.

domingo, 11 de abril de 2010

Te juro que el sábado menos esperado cumplo con mi palabra, te rapto y nos haremos cargo de que los domingos no acaben nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario